Son muchas las excusas falaces (y poco originales en general) que nos toca escuchar cada vez que sale el tema del veganismo. Quizás las que más rabia dan son las que salen de personas que supuestamente están involucradas en algún movimiento de liberación o por lo menos defienden una ideología en contra de la opresión.
Estos argumentos suelen defender una jerarquización de las luchas y reprochar que la lucha por las no-humanas viene en detrimento de la lucha por las personas humanas. Este argumento ya de por si es especista, al considerar todo lo que no tenga que ver con personas humanas como algo secundario, pero también completamente absurdo, al poder aplicarse a cualquier lucha de liberación humana (a veces se hace) y tener una base individualista. Tenemos un tiempo y unos recursos limitados, por lo tanto si dedicamos nuestro tiempo y fuerzas a una lucha, probablemente no podamos involucrarnos con fuerza en otras. Esto es la realidad, nos guste o no, hay que escoger por que queremos luchar, no podemos abarcarlo todo (ni siquiera dentro de una lucha específica).
Decimos que el argumento tiene una base individualista porque no considera una lucha colectiva y heterogénea que ataque por diversos frentes, cada frente insuficiente por si solo, pero combinados suman y pueden llegar a abrir brecha.
También es importante tener en cuenta que al compartir todas las opresiones muchas características y estar interconectadas, al luchar contra una estamos luchando contra el resto. Si atacamos el especismo estamos atacando toda discriminación arbitraria como son el racismo o la misoginia. Estamos atacando la normalización de la privación de libertad, la tortura, la violación y el asesinato. ¿Qué tiene eso de “pequeñoburgués” o “posmoderno”?
Esta argumentación queda aún más anulada si consideramos los factores humanos de las estructuras especistas. Mediante argumentos puramente antropocéntricos se puede defender el vegetarianismo estricto (no sería
veganismo al no partir de una base antiespecista). Si un kilo de carne requiere más de diez veces más recursos (tierra, energía, agua) que el equivalente vegetal debería costar diez veces más. En cambio vemos que, aunque una alimentación vegetariana sea más barata que una con cadáveres, este factor de diez no se ve reflejado. ¿Qué, o quién absorbe esta diferencia de precio?. Como siempre, es la clase obrera y el planeta, especialmente en países del “tercer mundo” (o víctimas del colonialismo/imperialismo) quienes tienen que pagar: Condiciones laborales de explotación, presiones a agricultores y ganaderas para aumentar la producción (endeudando y creando una dependencia con los grandes compradores), mínimos estándares de seguridad ambiental, destrucción del mundo salvaje (deforestación, contaminación hídrica, desertificación, degradación del suelo)…
Vamos, que no vale la excusa de la lucha de clases para no reconocer tus privilegios de humano en un sistema antropocéntrico y especista. No hay por donde cogerla.
Luchemos por la liberación de TODAS las clases oprimidas, ¡sin distinción de especie! Solo si luchamos todas juntas poniendo en práctica el apoyo mutuo y la interseccionalidad podremos vencer.